Boleta Única de Papel: claves para un voto correcto en Neuquén

La Boleta Única de Papel (BUP) debutará en las legislativas del 26 de octubre y reemplazará a la modalidad electrónica utilizada en procesos anteriores. El instrumento —incorporado al régimen nacional por la Ley 27.781— será la única hoja que reciba cada elector para marcar sus opciones y depositar, ya plegada, en la urna. En Neuquén, además de diputados nacionales, este año también se eligen senadores, al igual que en CABA y otras seis provincias, según lo previsto por el cronograma federal. 

La estructura de la BUP ordena las categorías de cargos en filas y a las listas partidarias en columnas. Cada columna exhibe el nombre y número de la agrupación, su logo y color; la foto de los dos primeros candidatos; y los nombres de los cinco primeros postulantes, junto a un casillero en blanco donde el votante realiza la marca. El tamaño de la boleta varía según la cantidad de listas y categorías en disputa y, para 2025, hay hasta seis formatos posibles.

El circuito dentro del establecimiento se simplifica: con el DNI, la autoridad de mesa entrega una BUP en blanco firmada al dorso y un bolígrafo indeleble; el elector pasa a la cabina, marca una sola opción por categoría, pliega la boleta y la introduce en la urna. No se usan sobres y no existe casillero específico para voto en blanco: si una categoría queda sin marcar, se computa como tal. Si hay error o boleta dañada, se puede solicitar el reemplazo y se labra acta.

Para la validez del sufragio alcanza con cualquier marca clara dentro del casillero. En cambio, dos o más marcas en la misma categoría vuelven nulo ese tramo; también puede haber nulidad si la boleta se rompe de modo que impida identificar la opción, si se agregan leyendas que impidan determinar la voluntad o si se incluyen objetos extraños al plegarla. El escrutinio de mesa computa por categoría los votos válidos, en blanco, nulos y recurridos, con las BUP extraídas de la urna a la vista de fiscales. 

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